lunes, 4 de junio de 2012

| Capítulo doce. |

Fueron pasando los meses, y mi relación con Kevin iba viento en popa, mientras que con Wolf se hundía cual Titanic. El verano se acababa y yo ya no tenía que volver a estudiar, ya que aplacé la entrada a la universidad para más adelante. Tenía un año sabático, por así decirlo. Kevin aprovechó bastante bien ese año sabático, o al menos, esa era su gran idea. Empezamos con un viaje precioso a Venecia, donde nos encontrábamos aún. 
—Amor—susurré.—¿Estás despierto?—abrí bien los ojos, mirando el reloj que se encontraba tras de Kevin, y marcaban las doce de la mañana. 
—Ahora sí—sonrió y abrió los ojos un poco, mirándome. Me acarició la cara.—Buenos días princesa—dijo. Sonreí y me acerqué a él, dándole un tierno beso. Me separé unos milímetros de él, me había vuelto adicta a su respiración en mi rostro, a su perfume, a él.—¿Qué quieres hacer hoy?—preguntó sonriente.
—Mmm...—me mordí el labio y le miré sonriendo.—Quedarnos aquí.
—¿Todo el día?—preguntó asombrado.
—¿Se te ocurre algo mejor?—pregunté yo, lanzando una pequeña mirada picaresca.
—La verdad es que sí...—susurró acercándose a mi cuello. Podía volverme loca entre aquellos besos, ese perfume, y esa respiración en mi cuello. Fue acariciando mi espalda hasta que di con sus intenciones. Inconscientemente le aparté con la mano y me miró sorprendido.—Perdón—se disculpó—no quería... Lo siento.
—No te disculpes—contesté.—No es por ti, ni siquiera es por...eso—expliqué.—Es que yo he tenido una mala experiencia en eso, y...—me interrumpió.
—¿Tienes un hijo secreto?—preguntó. Le miré y estallé en carcajadas.—¿De qué te ríes?—preguntó serio.
—¿Te has oído? ¡Tengo dieciséis años! ¿Cómo voy a tener un hijo?—reí. Me miró chistoso y sonrió.
—Pregunta tonta, lo siento. Si no me quieres contar eso...—le interrumpí.
—Es hora de que lo sepas, ¿no?—asintió dándome la razón y comencé el relato.
Contar mi experiencia con Rev no era algo que amaba hacer, intentaba evitar el tema siempre que me fuese posible, pero Kevin era mi novio, y tenía derecho a saberlo, igual que Wolf. ¿Será por eso que Wolf nunca intentó...ya sabéis...hacerlo conmigo? Siempre que surgía la ocasión la ignoraba e intentaba hacer otra cosa conmigo. Me entretenía con una película, tocando o simplemente hablando. Nunca surgió el tema de aquel día, jamás en todos estos años. Siempre intentó protegerme con eso. Conforme iba contando aquel relato, los ojos de Kevin se abrían más y más. Tenía miedo de que cogiese una idea equivocada de mí. Pero ya había comenzado a hablar, y no había vuelta atrás. Una vez terminado, la habitación de aquel hotel donde nos alojábamos hacía tres días, quedó en silencio. 
—Kevin...—comencé a decir. Me puso el dedo en los labios. 
—¿Por qué no me lo has contado antes? No habría intentado nada...—dijo. Llevaba razón. Dentro de pocos meses haríamos un año juntos, y nunca le había mencionado nada del tema. 
—Tampoco te he contado que no quiero celebrar mi cumpleaños—comenté. Rió.
—Ya hemos hablado de eso, lo celebrarás. Aquí conmigo.—Sonreí.—Volviendo al tema de Rev...Escúchame. Yo no voy a obligarte a nada. Si quieres genial, si no, no importa. En serio, no es algo que desee fervorosamente.—Le miré y ladeé la cabeza. Sonreí y le abracé.
—No me importa que lo intentes—susurré en su oído. Me agarró de la cintura y me separó, haciendo que le mirara a los ojos.
—¿Estás segura?—preguntó. Cerré los ojos con fuerza y los volví a abrir. Asentí y sonreí. Se acercó y comenzó a besarme, mientras volvía a su tarea de quitarme la camiseta. 
—Pero aquí hay algo que falla—dije, haciendo que parase. Me miró confuso.—¿Tú no tenías un anillo de castidad? O algo así leí en Internet.—Sonrió y se sonrojó. 
—¿Sabes para qué es eso?—preguntó chistoso.
—No puedes tener relaciones hasta que no te cases—contesté. Sonrió.
—Pues yo rompo esa promesa si quiero, porque no tengo duda alguna. Dentro de unos años, llevarás mi apellido.—Abrí los ojos, sorprendida por aquellas palabras. ¿Casarnos? ¿Con cuántos? ¿Dieciocho años? Demasiado precipitado. Aunque cada vez faltaba menos para que los cumpliera, el tema de mi posible boda con Kevin, no era un tema que me preocupara en aquel momento.
Tenemos las herramientas necesarias, para volar juntos sin mirar atrás—susurré en su oído. Sonrió y me besó. Y aquello pasó a un siguiente nivel, que como señorita que soy, no voy a desvelar.

Dos días después volvimos a Nueva Jersey, para encontrarnos con los demás. Y, las cosas estaban muy cambiadas, o eso me parecía a mí. Nada más entrar en la casa y soltar la maleta, Catnip me agarró del brazo y me llevó a la lavandería. No hablé en todo el camino, sólo cuando vi que cerraba la puerta.
—¿Qué ha pasado?—pregunté. Asintió con la cabeza. Intentó articular varias palabras, pero no le salía la voz. Sus ojos, se volvían de un blanco radiante a un rojo angustia. La abracé y volví a preguntar.—¿Qué ha pasado, Eleanor?
—Me he besado con Xerxes—articuló como pudo. 
—¿Qué?—grité. Me tapó la boca y hizo un gesto con la mano, pidiendo que bajara la voz.—¿Cuándo ha pasado eso?
—Están de visita, vendrán en un par de horas. Ayer vinieron a visitarnos y sólo estaba yo, porque me dolía la cabeza, todos se fueron, pero Xerxes se quedó. Le hablé del mural de las fotos, de la canción de Demi Lovato, una cosa llegó a la otra, y me besé con él.—La miré con los ojos abiertos y la abracé.
—Y yo que pensaba que lo mío era fuerte...—susurré. Se separó y me miró con picardía. Sonreí y llamaron a la puerta.
—¿Estáis ahí?—preguntó Pipita tras la puerta. Reímos.
—¡Sí! ¡Pasa!—contesté. Abrió la puerta y entró. Me abrazó, mientras Catnip se quitaba las lágrimas. La agarró de los hombros y le dio un beso en la frente.
—¿De qué hablabais?—preguntó Pipita.
—De algo que ha pasado con Kevin—contestó Catnip.—Ya que ya no lo llama Ricitos.
—Idiota—reí.—Se ha quitado el anillo de castidad conmigo.—Solté. Me miraron y sonrieron. Avalancha de preguntas en tres, dos, uno...
—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo fue? ¿Tú querías?—comenzó Catnip.
—¿Así sin más? ¿Sabe lo de Rev? ¿Fue en Venecia? ¿Cuándo pensabas contárnoslo?—continuó Pipita.
—Joder, no me acuerdo de las preguntas—dije. Reímos y escuchamos aporrear la puerta.—¿Quién?—pregunté. 
—¡Nick! ¿Qué hacéis en la lavandería?—preguntó.
—Hablar cosas de chicas—contestó Catnip.—Vete Peeta.
—Me abandonas chica en llamas—contestó él. A Catnip le entró un pequeño rubor y hizo varios gestos extraños.—Te espero con los demás.—Y al parecer, se fue.
—¡Eh! ¿Qué hacéis ahí?—preguntaron desde detrás de la puerta. Al parecer, creo que era Tarou.
—¡Oh vamos!—suspiró Catnip.
—¡Vete Joseph! Ahora salimos—contestó Pipita.
—Estáis en la lavandería—comentó.
—Lo sabemos—dijimos al unísono. Reímos.
—Estas mujeres...—dijo. Reímos aún más y se fue.
—¿Chicas?—preguntaron. ¿Esto era en serio? ¿Se turnaban para pasar por la lavandería?
—¿Qué?—contesté sonriendo mientras Pipita y Catnip me daban un codazo.
—¿Qué hacéis?—preguntó.—Necesito entrar.
—Espera Kevin—contesté sonriendo. 
—Que tengo que echar cosas a la lavadora—insistió. 
—Déjalo en la puerta y lo echo yo.—Catnip rió.
—No—contestó. Suspiré y miré la puerta, como si pudiera ver tras ella.
—¿Por qué?—pregunté.
—Llevo ropa interior en el cesto—contestó. Pipita y Catnip, incluso yo, estallamos en carcajadas. Me llevé las manos a la cara.
—No importa idiota.—Rió tras la puerta.
—Vale, pero no la mires.—Y parecía que ya se iba, cuando añadió—No tardes, futura señora Jonas.
—¿Señora Jonas?—preguntaron Pipita y Catnip a la vez. Me sonrojé.
—Dice que nos vamos a casar.—Reí y me llevé una mano a la cara, tapándome la boca.
—¿Casaros?—gritó Pipita con una sonrisa.
—Ya hablaremos de eso—dije intentando que se me bajara el rubor que tenía.—¿Chica en llamas, Catnip?—pregunté, aún sonando las palabras de Enix en mi cabeza.
—Katniss Everdeen. ¿Dónde tienes la cabeza Rue?—preguntó Pipita, riendo. 
—En Kevin Jonas—contesté con una sonrisa.

—Oye, Rue—me dijo Pipita. La miré con gesto confuso.—Ahora que quedamos tú y yo, ¿podemos hablar de algo?—preguntó. Todos acababan de irse a dormir, y juraría que más de una vez, Pipita intentó hablar conmigo durante toda la noche. Asentí con la cabeza.
—Dime Prímula—contesté sonriendo.
—¿Cuántos años tiene Ed?—preguntó. Abrí bien los ojos con una sonrisa en la cara. 
—Diecinueve—contesté.—¿Te gusta?—reí.
—¡No! Estoy con Joe—contestó. 
—¿Entonces?—pregunté algo más seria.
—Simple curiosidad...—susurró. Sonrió.
—¡Es más que eso!—grité. Me tapó la boca y seguí hablando como pude.—¿Desde cuándo?
—A ver, no te digo que no me guste—comenzó a decir—es guapo, simpático, no sé. Pero...—la interrumpí.
—¿Joe?—pregunté. La respuesta era evidente. Bien Skat, cada día más inteligente.
—En el caso de que quisiera dejarlo por Ed, no podría. He estado tanto tiempo luchando por su amor, que dejarlo de la noche a la mañana por otro chico me resulta estúpido e injusto—dijo. Asentí. Llevaba razón.
—A veces hay que elegir lo que necesitas, y no lo que quieres—comenté. Sonrió.
—Cien por cien de acuerdo con esa frase. Pero...no es tan fácil—contestó. 
—Sí que es fácil. Elegir entre lo que quieres, lo que necesitas o lo que está hecho para ti. Es una decisión...—me interrumpió.
—Elije entre Wolf o Kevin, a ver si eres capaz.—La miré seria. Me miró y puso una expresión de arrepentimiento, no debía haber tocado aquel punto G.—Lo siento...
—No es nada.—Contesté.—Pero son cosas diferentes.
—¿En qué se diferencia?—preguntó. Suspiré y contesté.
—Yo estoy enamorada de ambos. 

6 comentarios:

  1. Ohhh m encantooo pero prefiero a Wolf jajaja soy mala xD
    un beso <3<3
    Mi twitter es: @cristinaap10

    ResponderEliminar
  2. Vamos que me encanta chica la ultima frase del capi la mejor quiero el siguiente ya de yaa. Hay es que me emociono y todo mucho morbo por ahi.
    Enfin te quiero♥

    ResponderEliminar
  3. Ah, de ambos?? Imposible! Solo esta enamorada de uno! no lo entiendo. Aclaramelo en el siguiente xD!

    ResponderEliminar
  4. Todo mundo con Wolf y Wolf, soy el únic al qué le gusta ricitos o qué.
    Joer, Wolf no pinta nada, es mejor Ricitos.

    ResponderEliminar
  5. philips, si, eres la unica
    Yo tambien prefiero mas a wolf no quiero que este con ricitos

    ResponderEliminar
  6. Querida Maribel, COMO NOS PUEDES DEJAR ASÍ? Joder, la leí el otro día y lo he vuelto ha hacer ahora. KJDSHLGFESKSFGHSL quiero el siguiente, no, lo necesito. Me encanta es poco. Eres amor <3. Y repito por 8732156732 que Wolf me pierde.

    ResponderEliminar

Si vas a poner algo que me ayude, ponlo. Si vas a insultarme, presiona ctrl+w.